Evaluación diagnóstica de los síntomas psicóticos en niños y adolescentes

David R. Rosenberg, M.D.

Profesor y presidente del Department of Psychiatry and Behavioral Neurosciences, 
Jefe de psiquiatría y psicología infantil,
Wayne State University,
Detroit, Michigan

  • Es fundamental ser cuidadosos al evaluar la presencia de esquizofrenia en los niños y adolescentes.
  • Considerar el contexto de desarrollo del funcionamiento cognitivo y afectivo del paciente.
  • El pensamiento mágico se considera uno de los predictores más relevantes del desarrollo tardío de la esquizofrenia.
  • Entre el 50 % y el 75 % de los pacientes con esquizofrenia tienen uno o más trastornos psiquiátricos comórbidos.
  • Las comorbilidades psiquiátricas más comunes de la esquizofrenia son el TDAH, el TND, los trastornos de ansiedad, los trastornos afectivos y los trastornos por consumo de sustancias.

Pasemos al tercer video: evaluación diagnóstica de los síntomas psicóticos en niños y adolescentes.

Los síntomas psicóticos en niños y adolescentes son síntomas comunes y disruptivos de muchas afecciones psiquiátricas, del neurodesarrollo, neurológicas y médicas.

Los síntomas psicóticos son, por supuesto, la característica distintiva de la esquizofrenia y se caracterizan por una grave alteración del pensamiento y prueba de la realidad.

Los síntomas se dividen en dos grandes grupos: los síntomas positivos, como las alucinaciones, los delirios y los pensamientos desorganizados y; los síntomas negativos, como el aplanamiento afectivo, la alogia, la abulia y la anhedonia.

Psicosis primaria frente a psicosis secundaria.

La psicosis aguda se considera primaria si la causa es un trastorno psiquiátrico o, secundaria, si la causa es una afección médica, como un tumor cerebral o el consumo de sustancias.

Los pacientes con trastornos psiquiátricos primarios suelen tener alucinaciones auditivas, trastornos cognitivos graves y delirios complejos. En cambio, si la causa de la psicosis es una afección médica, el paciente puede presentar cambios cognitivos, alteraciones de los signos vitales y alucinaciones visuales. Nuevamente, recuerden que frente a un paciente con alucinaciones visuales, deben considerar que se trata de una enfermedad médica orgánica subyacente hasta que se demuestre lo contrario.

El consumo de sustancias ilícitas es la causa médica más frecuente de psicosis aguda y se puede observar con el consumo de anfetaminas, cannabis, cocaína y una gran variedad de estas sustancias.

Psicosis y pensamiento mágico.

Esto es fundamental y tiene un importante valor pronóstico. La psicosis se define como la presencia de delirios o alucinaciones, o ambas, sin introspección de la naturaleza patológica.

Por el contrario, el pensamiento mágico se define como la creencia o cuasi creencia, o fantasía sobre la posibilidad de que las ideas, los pensamientos, las conductas o las palabras de uno puedan influir de algún modo en acontecimientos que no tienen ninguna relación causal entre sí.

Los adultos con esquizofrenia tienen una tendencia mucho más fuerte de presentar pensamientos mágicos que los adultos sin un diagnóstico psiquiátrico o que los que tienen otro diagnóstico psiquiátrico. De hecho, el pensamiento mágico se considera uno de los predictores más relevantes en el desarrollo tardío de la esquizofrenia y se ha relacionado con la aparición de alucinaciones visuales y auditivas.

¿Cómo evaluamos los síntomas psicóticos en niños y adolescentes?

La evaluación de los niños y adolescentes con psicosis es más compleja que la de los adultos, por lo que requiere una evaluación exhaustiva que incluya los antecedentes médicos detallados del paciente. Si se está considerando la psicosis en un niño o adolescente, por definición, se debe realizar un examen médico y neurológico exhaustivo para excluir factores que puedan generar confusión, factores agravantes, factores que puedan estar influyendo y factores causales, así como la observación del paciente y su familia durante varias visitas, para identificar y descartar estresores psicosociales u otras enfermedades médicas o psiquiátricas que puedan estar influyendo.

El proceso debe comenzar con una cuidadosa consideración de los diagnósticos diferenciales y ser seguido y respaldado por pruebas de laboratorio, un electroencefalograma o EEG e imágenes cerebrales. Es fundamental que los médicos conozcan qué hallazgos clínicos y qué elementos de los antecedentes justifican la realización de pruebas complementarias.

Los elementos de la evaluación diagnóstica de los síntomas psicóticos incluyen los antecedentes psiquiátricos completos, que se centran en la descripción longitudinal de los síntomas actuales y pasados del paciente. La información de múltiples fuentes puede ser de gran utilidad para realizarlo de forma más precisa.

Además, los antecedentes psicosociales completos, como el rendimiento académico, el funcionamiento interpersonal y las exposiciones intrauterinas.

Antecedentes psiquiátricos familiares, exposición a situaciones traumáticas o de negligencia y fortalezas y debilidades familiares.

También, un examen físico completo para descartar enfermedades no psiquiátricas como causa de la psicosis; pruebas de laboratorio y neuroimágenes según esté clínicamente indicado; escalas de evaluación estandarizadas y; si se justifica, pruebas neuropsicológicas. Estas pueden ser muy útiles para evaluar los problemas de aprendizaje y desarrollo, que son muy frecuentes en la psicosis, y ofrecer información sobre los apoyos académicos que podrían ser más útiles y beneficiosos.

Veamos las escalas de evaluación para evaluar los síntomas psicóticos en niños y adolescentes.

Existen diferentes escalas de evaluación de síntomas que están disponibles para ayudar a determinar la gravedad de los síntomas y, en realidad, estas puntuaciones solo comprenden una parte limitada de la medición de resultados.

Estas escalas se utilizan con mayor frecuencia para establecer un criterio estandarizado sobre la remisión de los síntomas para los tratamientos utilizados en diversos estudios de investigación.

Una de las más comunes es la Escala de los Síndromes Positivo y Negativo (PANSS, por sus siglas en inglés), que proporciona una medición objetiva de la respuesta clínica a los tratamientos farmacológicos. La PANSS identifica la gravedad de los síntomas positivos y negativos, y puede ayudar a confirmar o descartar un diagnóstico de esquizofrenia.

La Escala Breve de Evaluación Psiquiátrica (BPRS, por sus siglas en inglés), es otra herramienta utilizada para evaluar el nivel de 18 ítems sintomáticos como la hostilidad, la suspicacia, las alucinaciones y la grandiosidad. También se ha utilizado mucho en la investigación. La BPRS es particularmente útil para evaluar la eficacia o la falta de ella, en el tratamiento de pacientes que presentan psicosis de moderada a grave.

La Escala de Impresión Clínica Global (CGI, por sus siglas en inglés) y la Escala de Impresión Clínica Global-Esquizofrenia (CGI-SCH, por sus siglas en inglés) son dos herramientas complementarias que los médicos usan con frecuencia.

La CGI ofrece una valoración global resumida, realizada por el médico, en la que se considera toda la información disponible, es decir, los antecedentes del paciente, la situación psicosocial, los síntomas actuales y del pasado, el comportamiento y el impacto de los síntomas en la capacidad funcional del paciente, mientras que, la CGI-SCH, evalúa la gravedad y la respuesta al tratamiento directamente relacionadas con los síntomas de la esquizofrenia. Ambos instrumentos son sencillos y concisos. Además, son rápidos y fáciles de administrar, lo que los hace apropiados para su uso en estudios de investigación observacional e incluso en la práctica clínica habitual.

Pasemos a la evaluación de la esquizofrenia en niños y adolescentes.
Es fundamental que los médicos sean cuidadosos al evaluar la presencia de esquizofrenia en los niños y adolescentes, y no puedo dejar de enfatizar esto. Trabajo como psiquiatra de niños y adolescentes y no dudo en realizar este diagnóstico o cualquier otro cuando esté justificado, pero debemos ser cautelosos, darnos cuenta de las limitaciones y, como mencionamos anteriormente, realizar una evaluación longitudinal.

El tratamiento de la esquizofrenia infantil y de la esquizofrenia de inicio temprano requiere el uso de antipsicóticos que pueden ser muy útiles pero que también tienen importantes efectos adversos y riesgos potenciales para la salud a largo plazo.

La evaluación durante la entrevista también requiere considerar el contexto de desarrollo del funcionamiento cognitivo y afectivo del paciente y otros posibles trastornos psiquiátricos, como la interpretación de las preguntas de forma concreta en el autismo.

Los médicos no deben centrarse únicamente en el tratamiento de los síntomas psicóticos y por ello olvidarse de las comorbilidades más comunes.

Ahora bien, como muchos de ustedes saben, hay muchas otras causas de síntomas psicóticos. Los trastornos psiquiátricos, por ejemplo, pueden incluir el trastorno psicótico, el trastorno bipolar, la depresión mayor unipolar con características psicóticas, el trastorno esquizoafectivo, el trastorno por estrés postraumático, el trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno del espectro del autismo y los trastornos emocionales y conductuales no psicóticos.

Diversos factores y estresores psicosociales pueden dar lugar a síntomas psicóticos y entre ellos se encuentran el abuso o la negligencia; situaciones traumáticas; obtención de beneficios secundarios debido a la presentación de los síntomas y; afecciones médicas como la intoxicación por sustancias, delirios, tumores cerebrales, encefalitis autoinmune, traumatismos de cráneo y anomalías endocrinas. Una gran cantidad de causas.

Otros trastornos mentales también pueden enmascarar los síntomas de la esquizofrenia. En este sentido, sabemos que entre el 50 % y el 75 % de los pacientes con esquizofrenia tienen uno o más trastornos psiquiátricos comórbidos.

Las comorbilidades psiquiátricas más comunes son el TDAH, el trastorno negativista desafiante, los trastornos de ansiedad y afectivos, así como los trastornos por consumo de sustancias en los adolescentes.

Pasemos a los puntos clave. Es fundamental que los médicos sean cuidadosos al evaluar la presencia de esquizofrenia en los niños y adolescentes y deben considerar el contexto de desarrollo del funcionamiento cognitivo y afectivo del paciente.

El pensamiento mágico se considera uno de los predictores más relevantes del desarrollo tardío de la esquizofrenia.

Entre el 50 % y el 75 % de los pacientes con esquizofrenia tienen uno o más trastornos psiquiátricos comórbidos.

Las comorbilidades psiquiátricas más comunes de la esquizofrenia son el TDAH, el trastorno negativista desafiante, los trastornos de ansiedad, los trastornos afectivos y los trastornos por consumo de sustancias en adolescentes.

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